domingo, junio 18, 2006

Coffee, Annan? (II)

Las acciones u omisiones K tienen consecuencias para el país.

Ante la decisión de plantear el conflicto por Malvinas en la Asamblea General de las Naciones Unidas, el presidente Kirchner tuvo que recurrir al Secretario General Kofi Annan, a través del Canciller Taiana.

El Sr. Annan no ha recibido buen trato por parte de Kirchner:

Según Clarín (7/5/2006):

"Una relación complicada

No sorprendió que Néstor Kirchner salteara su asistencia al almuerzo que ofreció Kofi Annan durante la última asamblea general de las Naciones Unidas, en Nueva York. Kirchner evitó a Annan desde el día que el secretario general acompañó la candidatura del ex ministro de Economía de la Alianza, José Luis Machinea, como titular de la CEPAL, la comisión económica para América latina. Como respuesta, el Gobierno rechazó incluso un pedido de Annan para hacer una visita al país, a finales de 2003."

Tampoco hizo lugar a un encuentro que pidió Annan para interesarse por el conflicto de las papeleras. El presidente argentino, y en consecuencia, el país, pueden sufrir las consecuencias de su torpeza en el manejo de las relaciones con el titular de las Naciones Unidas, ahora que requiere su asistencia por el tema Malvinas.

2 comentarios:

Dieguistico! dijo...

Evidentemente el gobierno en algún momento va a tener que empezar a pagar los errores cometidos en materia de diplomacia. No puede estar eternamente con viento de cola.
En lo personal soy de la opinión de que es hora abandonar el reclamo por las Malvinas, una causa nacionalista que en realidad no tiene ninguna importancia para el mejoramiento de la calidad de vida de los argentinos, y que por el contrario sirve para mantener siempre alto y chauvinismo y la mala relación con las principales potencias del mundo. Creo que la Cancillería haría mucho mejor en dedicar su tiempo a buscar inversiones, promover las exportaciones y mejorar la imagen argentina ante el mundo...
Pero aún si les parece importante recuperar la soberanía sobre las Malvinas (soberanía que en realidad el país nunca detentó desde que está institucionalmente organizado), deberían para ello recordar ciertas reglas básicas de diplomacia y cortesía internacional.

Daniel Pecheny dijo...

La de volver a recurrir a la Asamblea General puede que sea una estrategia más aceptada entre la mayoría de los argentinos, lo cual no quiere decir que pueda ser exitosa, como no lo fue en todos los años en los que se aplicó.