miércoles, junio 14, 2006

20 años sin Borges

Durante muchos años estuve ajeno a Borges a pesar de la admiración por él que me transmitieron mis padres, y las lecturas de fragmentos, poemas y cuentos aislados de las Obras Completas que el poeta desdeñaba por no ser ni completas ni obras, según él.

Un día de mi juventud iba caminando apurado por las angostas veredas Maipú al 900 y esquivé por la calzada un anciano y una mujer que lo acompañaba del brazo. Cuando me di vuelta para verlos me quedé sorprendido al ver a Borges del brazo de María Kodama (en aquella época no sabía quién era ella). Luego recordé que el escritor vivía en esa cuadra cercana a Plaza San Martín, pero en ese momento me quedé mirando la cara blanca de Borges que iluminada por el sol parecía hecha de cera, y reflexionando sobre lo que significaba estar frente a él ya mi apuro pasó a segundo plano.

Recién tomé contacto con Borges y lo que significa su literatura cuando en la época de crisis del 2002 entraba a los foros del New York Times sobre el desastroso estado en el que se debatía nuestro país, y encontré que además había un foro literario sobre Borges. La gente que participaba allí, algunos expertos o estudiantes de literatura, otros aficionados, demostraban pasión y conocimiento sobre su obra y me aconsejaron y enseñaron. Comencé leyendo El Aleph(ahora pienso que comencé por la primera letra), luego el informe de Brodie, el Libro de Arena, El Hacedor, etc. Ya he leído un buen número de ellos, creo que la mayor parte, y a medida que avanzo pienso en que algún día no me van a quedar más libros de él por leer. Pero por suerte en Borges releer sus cuentos sigue permitiéndonos descubrir algo nuevo y fascinándonos, como en la Biblioteca de Babel, donde siempre se puede encontrar algo nuevo para leer y para hacernos pensar.

No hay comentarios.: