domingo, octubre 08, 2006

Un deseable equilibrio

Durante más de veinte años, en favor de los derechos humanos, se avanzó en algunos casos y se retrocedió en otros. Pero se logró algo: No se oían voces en la Argentina en favor de los golpes militares, ni siquiera por parte de militares. Nadie defendía lo hecho en la dictadura.

A partir del gobierno de Kirchner, hay que reconocer que la anulación de las leyes del perdón abrieron la posibilidad de que muchos crímenes no queden impunes. Pero por otro lado el presidente con sus gestos sobreactuados estuvo estimulando reacciones de los grupos de extrema derecha, muy reducidos, que antes estarían ocultos. Las destempladas reacciones presidenciales hacen que los grupos extremos se vuelvan más extremos. De éstos se puede esperar cualquier cosa pero del Presidente se espera equilibrio. De lo contrario puede estar ayudando a crecer a grupos minoritarios que así consiguen cada vez más prensa y repercusión.

Por otro lado, la manipulación política que hacen el Presidente y el gobernador Solá de la desaparición de Julio López demuestra que sólo les interesa lo electoral. Kirchner quiere, como siempre, despegarse del problema. Como pasó en la Provincia, la Nación no asume su responsabilidad y manda funcionarios al acto en reclamo del testigo desaparecido. Pero primero rechazó esta calificación utilizada por Solá para referirse a López. "El primer desaparecido en democracia". No importa cómo se lo llame, lo que importa es que se lo encuentre, o mejor aún, que nunca hubiera desaparecido. ¿De qué sirve que se haga un juicio como el de Etchecolatz, si la vida de un testigo corre peligro? Sería un "punto final" de facto para los juicios.

Hebe de Bonafini y los grupos que apoyan a los represores coinciden en decir que la desaparición de López es una maniobra. Increíble y grotesca coincidencia que sólo sirve para marcar dónde están los extremos. Bonafini es fanática K aunque difiere de lo que dice el Presidente (al menos públicamente) sobre la desaparición.

El caso de Solá es patético. Ante el lamentable hecho, primero amenazó con renunciar a la candidatura por la reelección (que ni se sabe si es factible dado que la Constitución provincial no la permite). Luego fue a pedir consejo a Duhalde (posible preparación del terreno por si Kirchner no apoya su reelección).

La marcha realizada en Plaza de Mayo, organizadas por Abuelas y por la línea fundadora de las Madres, fue alentadora porque no buscó un reclamo sectario sino unir a la sociedad. No sé si lo logró pero la marcha fue concurrida por gente de diversas extracciones. Tampoco reclamó violencia como respuesta a las expresiones violentas de Bignone.

Los desequilibrados existen, pero es el rol del presidente es llevar al país a una instancia superadora y equilibrada que represente al conjunto de la sociedad y la conduzca a un destino de unidad. Esto marginaría a los desequilibrados. Dividirla en sectores sólo hace que estos polos atraigan a más gente ante el miedo y la inseguridad de la división nacional.

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