sábado, abril 05, 2008

Martin Luther King



Por razones que un menor de edad no puede decidir, me tocó vivir en el exterior, con lo bueno y lo malo que ello le aporta a un adolescente. La experiencia es una de las cosas positivas, otra fue aprender el idioma, y la otra fue ver en los países donde viví el ejercicio democrático, que en ese momento sólo se vivía en la Argentina a cuentagotas, cuando el gobierno militar de turno, en un juego perverso, permitía elecciones y luego derrocaba al elegido, y por lo cual no pude votar hasta los 28 años, como sí lo hice en una elección escolar a los 13, en un suburbio de Nueva York, donde ya a fines de los 60 se usaba una máquina para votar. En cambio el Uruguay en ese momento tenía una tradición democrática, esto fue antes del gobierno militar que tuvo nuestro vecino país, yo escuchaba hablar sobre el partido blanco y colorado, y sus candidatos. Cuando a mi padre lo trasladaron a EEUU, conocí otro bipartidismo, el norteamericano, las primarias se mostraban favorables a Robert Kennedy cuando ocurrió la tragedia y Sirhan Bishara Sirhan lo asesinó. Mi madre me despertó a la noche para avisarme. Lamentablemente no hubo un candidato en el partido Demócrata comparable para enfrentarse a Nixon y éste fue electo presidente.
Otra muerte trágica que viví desde EEUU fue la de Martin Luther King. Mis padres siempre fueron antirracistas y quizás no advertimos hasta qué punto el sentimiento de odio existía en un país donde hasta hacía poco tiempo los negros no votaban en los estados del Sur. Después de la existencia de alguien como Martin Luther King, de algún modo pensaba que en EEUU no habría más racismo. Lamentablemente, no sólo esto no fue así, sino que muchos años después en mi país, la Argentina, siento que sigue habiéndolo a pesar de su apertura a la inmigración y la Asamblea del año XIII. Y en Europa existen grupos neonazis, skinheads, cuyas "ideas" exportan a todo el mundo.
El odio sigue, lamentablemente, el odio no sólo racista, sino para todo el diferente, y para que se termine propongo que sigamos recordando y procuremos imitar a Martin Luther King. "Tengo un sueño..."

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