Creo que es lo mejor que le podía haber pasado. Más allá de su estructura de pensamiento político tan afín al gobierno del que acaba de renunciar, y su tendencia a culpar siempre a terceros de lo que pasa, estigmatizar a sectores, y no admitir errores, como hizo en los últimos sucesos con el campo, el ex ministro de Economía Martín Lousteau, salió del gobierno haciendo, por primera vez desde que asumió, un buen diagnóstico, y anunciando buenas medidas, que son similares a los que la Coalición Cívica plantea. Lousteau, viendo el fracaso de sus retenciones móviles, y el lugar limitado que le daba el gobierno frente al poder de Moreno, decidió sincerarse, plantear como un problema la inflación, proponiendo un ritmo de crecimiento razonable y medidas diferentes al apriete que pretende imponer Moreno usando la ley de abastecimiento o la simple prepotencia.
El joven ex ministro, ya habrá visto seguramente, todo perdido en su lugar en el Gobierno, lo cual le permitió la libertad de expresarse, y fue lo último que pudo hacer, bajo el férreo timón de Néstor Kirchner (sí, dije Néstor Kirchner), que eligió a otro Fernández para reemplazarlo.
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