sábado, junio 11, 2011

Hebe de Bonafini y Schoklender

Recuerdo cuando fue el caso Schocklender, que tuvo gran difusión en los últimos años de la dictadura militar. El hecho de que ocurriera en aquel momento y la aberración de pensar que esos hijos pudieran haber matado a sus padres, hacía que uno tuviera buscar otra explicación, que hayan sido chivos expiatorios de un ajuste de cuentas con el poder. Luego cuando fueron condenados una vez restaurada la democracia, ya fue comprobado que no fueron víctimas sino victimarios. Sergio Schoklender aprovechó sus años en la cárcel para optimizar su capacidad de manipulación y si no se hubieran descubierto sus manejos económicos quizás hubiera podido seguir aprovechándose de una situación privilegiada, como ser la mano derecha de una referente social tan ligada al gobierno nacional como es Hebe de Bonafini, controlar una fundación que maneja tanto dinero con fines sociales y usarla para su propio beneficio.
Es difícil de comprender porqué Hebe de Bonafini depositara tanta confianza en alguien como Schoklender, poniéndolo por encima de integrantes legítimas de su organización. También, a pesar de que uno no tiene formación psicológica, cuesta imaginar que sus razones no pasaran por la vulnerabilidad (no aparente por su dura imagen) de una madre que ha sufrido pérdidas trágicas, y su conmoción ante alguien a quien veía como una víctima del sistema, y que supo aprovechar esa vulnerabilidad y manipular en consecuencia, con la excusa de un fin social que podía dar un nuevo sentido a su organización. Pero a lo largo del tiempo evidentemente se tiene que haber dado cuenta de los manejos de los Shoklender, cosa que en cierto modo admitió, y lo que es cuestionable es que no lo hubiera dado a conocer, que no lo hubiera apartado en ese momento. Si no lo hizo puede haber sido por estar amenazada de lo que él pudiera revelar al verse descubierto, o de que se terminen los proyectos sociales de las Madres.
Funcionarios culpan a los medios por dañar a las Madres, cuando el daño surgió de alguien de plena confianza de su dirigente. El canciller fue muy insultante contra aquellos que pudieran oponerse a Bonafini. Sin embargo las mayores críticas a ella y su agrupación vinieron de las Abuelas, de la Línea Fundadora de las Madres, de Adolfo Pérez Esquivel, es decir de quienes no se puede dudar de su vocación por los derechos humanos y su defensa de las víctimas de la dictadura. Lo que no me queda claro es porqué hasta ahora se han mantenido en una disidencia silenciosa con respecto a Hebe de Bonafini sin mencionar nada sobre Schoklender hasta ahora. Seguramente habrán pensado en preservar a una organización con cuyos miembros, al fin y al cabo, han compartido los mismos sufrimientos y dificultades para hacer valer sus derechos. Pero hoy todos ellos critican a la que en apariencia era la más intransigente en la defensa de esos derechos, porque el hecho descubierto es tan grave que afecta a los otros referentes de los derechos humanos, porque sus enemigos aprovechan el caso "Schoklender 2" para desacreditar su lucha sin diferenciar entre una organización y otra. Hoy más que nunca es evidente que el fin no justifica los medios, y por el contrario, cuando no importan los medios, en definitiva son los fines los que son más perjudicados.
Se comprende la reacción del gobierno. Los fondos para las ONG provienen del Estado Nacional, de quien depende el control de cómo son utilizados.

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