miércoles, junio 11, 2008

Error de cálculo

Néstor Carlos Kirchner cometió un error de cálculo: Creer que todos siguen su lógica sectaria e interesada. Quizás porque su experiencia política le demostró que una vasta dirigencia responde a esa lógica, que piensa sólo en el interés sectorial, y demoniza al que no pertenece a su mismo grupo. Desarrolló esas prácticas con éxito personal en Santa Cruz y las profundizó como presidente, incorporando a los dirigentes que antes se le opusieron, a través de la billetera oficial.

No calculó que un sector de la dirigencia cuyos representados se levantaron en defensa de genuinos derechos terminarían honrando su compromiso con las bases que los han elegido, y aún respondiendo a las demandas de los autoconvocados. Supuso, extrapolando, que todos los representantes gremiales traicionaban a sus representados por subsidios, privilegios y el abrigo del poder.

Tampoco pensó que la firmeza del reclamo se mantendría, porque está acostumbrado a que las protestas se crean para luego negociar los reclamos legítimos a cambio de favoritismos.

Y mucho menos se imaginó que la ciudadanía de las grandes ciudades acompañaría al campo. Quizás pensó que ese acompañamiento era por un giro a la derecha de la población de la Ciudad Autónoma, pero luego habrá reflexionado sobre el mal resultado del PRO en la Ciudad. Tal vez creyó confirmados los dichos de Alberto Fernández, de que Buenos Aires se comporta como una isla, pero luego se habrá dado cuenta que el único aislado en esta situación es el Gobierno, y que la Capital sólo acompaña lo que el resto del país reclama. Y que hasta el PJ que Néstor Kirchner creyó unir se fisuró por el conflicto del campo, porque hay dirigentes locales que aspiran a poder seguir caminando tranquilos por sus pueblos.

Kirchner sigue tratando de explicar y explicarse que en realidad el gobierno que digita de entre las sombras distribuye el ingreso y el que se opone a él sólo quiere su propio beneficio en desmedro del bien común. Pero en su intimidad debe conocer la realidad de concentración e inequidad que vive el país, por eso tuvo que anunciar la construcción de hospitales y autopistas, y además para alinear a los díscolos.

El ex presidente creyó que al ser titular del PJ tendría el poder que respalde cualquier decisión por poco consenso nacional que tuviere, pero se tuvo que dar cuenta que los integrantes de ese partido recuerdan las humillaciones y desprecios que recibieron de la actual presidenta y su marido. En el PJ no se olvidan esas cosas y las venganzas suelen ser duras.

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