martes, mayo 23, 2006

Resabios coloniales en la Argentina del siglo XXI

Aproximándonos al bicentenario del comienzo de la lucha por la Independencia, la Argentina tiene similitudes con la colonia que fuimos.No se puede negar que ha habido cambios en el país en casi 200 años de historia, pero tampoco que aún siguen arraigados rasgos culturales heredados de un período aún más prolongado, el de la colonia.

Las garantías individuales

En la Argentina la propiedad privada es a veces mal vista, como fuente de desigualdad. La cultura colonizadora no estimulaba la actividad privada; enriquecía a quienes ayudaran a aumentar la propiedad de la corona, no a quienes se sometieran a asumir riesgos y a competir en igualdad de condiciones. El derecho a la propiedad no es para los ricos, defiende el fruto del trabajo individual. Está y estuvo ligado al derecho al trabajo de los independientes, y para los empleados cuya esperanza de progreso y de futuro es ahorrar de su sueldo. No hay crédito, no hay seguridad social, pero lejos de cosechar sus frutos, es despojado por quien juró defenderlo. Un estado ávido de confiscar pero no de servir. No prima el interés general sobre el particular, sino el de las corporaciones sobre el de la ciudadanía. Al individuo se lo priva de su trabajoso ahorro. El capitalismo prebendario se beneficiaba de los pactos con el poder.Al traer la Inquisición, España no permitió la libertad de conciencia. A partir de 1813 hubo tiempos de libertad y otros en que peligraba quien tuviera disidencias políticas o religiosas. Y en nuestros días los métodos de censura y control de los medios de comunicación son tan sutiles que muchos ciudadanos no los advierten, haciéndolos más vulnerables. Muchas veces fueron violados derechos individuales como el derecho a la vida, a peticionar, al trabajo. La impunidad reinante no parece hacer prever que esto cambie.

Las relaciones de poder

Participar en campañas de conquista otorgaba derechos sobre la tierra y los indios a encomenderos para recaudar el trabajo del indio. En épocas de Rosas y Roca fueron terratenientes quienes conquistaron al indio. Cuando el patrón entraba en guerra, los peones eran sus soldados. Los más pobres, indios, negros y mestizos, fueron utilizados para pelear por federales y unitarios, aquí y en el Paraguay. Posteriormente, los patrones hasta votaban por ellos. Actualmente se presiona para forzar un voto, y la población sufre los pactos entre aparatos políticos y otros grupos de poder. Los desocupados son manipulados políticamente. En las provincias es más evidente la relación entre poder y dinero. Muchas veces ambos están concentrados en las familias gobernantes.El comercio y la relación entre Buenos Aires y “el Interior”Antes del Virreinato no se permitía el comercio de Buenos Aires con Tucumán para que no compitiera con Lima. En general el período colonial se caracterizó por el control sobre el comercio del puerto de Buenos Aires, tanto el saliente como el entrante, con altísimos gravámenes. Ese control limitaba el comercio a España, cerrándolo a otros países, a pesar de lo cual la ciudad vivía del contrabando.Tras la declaración de la Independencia Buenos Aires se comportó como “hermana mayor”, reemplazando el centralismo español por el centralismo de Buenos Aires. El mismo fue ejercido tanto por parte de gobiernos unitarios como federales. Luego de un período de libre comercio, se volvió en época de Rosas a “restaurar” el monopolio, esta vez manejado desde Buenos Aires, que impedía la libre navegación de los ríos. Más tarde los mismos ingleses que antes habían querido imponer por la fuerza esa libre navegación, hicieron los ferrocarriles convergiendo en el puerto que hoy sigue centralizando la navegación. Esta concentración se fue acentuando debido a la posterior inmigración y la industrialización concentrada en el conurbano.
En cuanto al poder político, la política bonaerense predominó sobre la del resto del país tanto con Rivadavia como con Rosas. Ambos tuvieron en 1820 posiciones similares, contrarias a un congreso Constituyente.A partir de los ‘90, las distintas versiones del Pacto de Olivos tuvieron como protagonistas al PJ y la UCR bonaerenses. La idea de gobernabilidad que se plantea es que nada puede existir en la política argentina fuera de este pacto.Las normas y su cumplimiento. Las decisiones de absolutista corona se acataban pero a veces no se cumplían. Rosas consideraba que la única forma de gobernar era teniendo la suma del poder público. Los gobiernos militares usaban los decretos-ley o la parodia legislativa de la CAL. Pero aunque estamos en democracia, abundan los decretos excepcionales y el congreso es ignorado.En la actualidad tenemos multiplicidad de normas. Algunas injustas, otras superpuestas o contradictorias, y que de todas maneras no se cumplen. La transgresión es un deporte nacional. Pero la desigualdad desanima a quienes quieren cumplir la ley. Castigar al honesto es premiar al evasor: Hay gran presión tributaria y desigualdad en su aplicación. Además algunos trabajadores no tienen cobertura social. Estas desigualdades, y la facilidad para cometer delitos, se eliminarían si se controlara la evasión.

Malas prácticas heredadas

A lo largo de nuestra historia ejercieron las malas prácticas heredadas de la colonia, los federales y unitarios, conservadores, radicales y peronistas, y los gobiernos de facto. La corrupción, parte del paisaje, en los últimos años se ha diseminado a toda la sociedad. El clientelismo corrompe a las clases humildes. El piquetero transmite a sus hijos el ejemplo que recibe del político que reparte la caja compradora de voluntades. Este mal viene desde tiempo atrás en nuestra historia. Rosas mantenía su amistad con los pobres mediante regalos para ganarse su voluntad. También los utilizaron distintos partidos, y en la actualidad es muy descarada, por la gran necesidad que sufren los desocupados.

El futuro

Hubo épocas en las que no hemos podido elegir, pero cuando pudimos no lo hicimos bien. Optamos por el mal menor, por los carismáticos, deseando que nos salven. No logramos ser representados. ¿Llegaremos así al bicentenario o nos convertiremos en ciudadanos? Es posible cambiar individualmente, integrarnos con otros para cumplir las obligaciones que nos hemos propuesto y reclamar nuestros derechos y controlar a los gobernantes. Es necesario tomar conciencia de sociedad y participar. La participación es la clave de la representación legítima, es lo único que nos hará realmente libres. El cambio exige la claridad y el esfuerzo de todos.■

Daniel Pecheny

2 comentarios:

melgacho dijo...

Muy buenos tus artículos, Daniel.
Te paso un blog que espero te entretenga un poco.

http://fotoshistoricas.blogspot.com

Dieguistico! dijo...

Excelente post. Te felicito por el blog, no tenía idea de que habías abierto uno.
¿Por casualidad estuviste leyendo a Garcia Hamilton?
Saludos!!!