Los garantes de la operación para la liberación de tres rehenes en manos de las FARC, han pedido a su vez garantías al gobierno de Colombia para que se pueda cumplir el objetivo, ya que las FARC aducen que las operaciones militares del gobierno les impiden llevar a los rehenes hasta el lugar indicado para la entrega, sin que esto sea riesgoso para los integrantes de la organización.
Sin justificar al presidente Uribe, que desmiente las operaciones, ni saber quién de los dos dice la verdad, creo que sería bastante difícil asegurar la integridad de los garantes, si se desmilitariza la zona en la que éstos se van a encontrar. Si hay voluntad de cumplir con lo prometido, el camino sería dialogar para encontrar una solución para el requerimiento de seguridad de todos los intervinientes.
Nosotros, como argentinos, debemos hacer notar la importancia de que haya estado presente un ex presidente de nuestro país cuya seguridad es una cuestión de Estado y que en estos días pasados (ya el presidente regresó a la Argentina) estuvo en manos, oficialmente, del gobierno de Uribe, y extraoficialmente de Chávez y las FARC que también tienen en esto influencia y poder.
Algunos intervinientes se preocuparon por aparecer en los medios, por declarar, por mostrarse en una actividad humanitaria. Pero recordemos que el objetivo de todo esto es la liberación de los rehenes. Que son ellos los perjudicados por la falta de acuerdo, más allá de las frustraciones de los que quisieran obtener rédito político.
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